martes, 29 de mayo de 2012

5. La gestión de los residuos.


5. La gestión de los residuos.

La generación de residuos forma parte de la vida. El problema con el que nos encontramos en la acualidad es el enorme volumen de residuos sólidos urbanos (RSU) que generamos. Según algunos datos, en España se han llegado a generar 15 millones de toneladas de RSU; en 2006 esta cantidad se había elevado a 22 millones. Solo una mínima parte de este incremento se explica por factores demográficos; el resto se debe a tres causas:
-Los nuevos materiales
-El exceso de embalaje
-El aumento del consumo
Aun cuando el 100% de esta basura fuera orgánica y por tanto biodegradable, la naturaleza sería incapaz de absorber por si misma semejante cantidad de residuos.
El sistema tradicional de tratamiento de RSU se basaba en la recogida de basura y su traslado a un vertedero o su incineración. Un vertedero era simplemente un lugar donde se acumulaba la basura. Los problemas sanitarios son graves: debido a la acción de las bacterias y de las altas temperaturas, la basura se descompone, produciendo líquidos con sustancias tóxicas disueltas llamadas lixiviados que se filtran por el subsuelo alcanzando los acuíferos, y gases como metano y dióxido de carbono
Esta clase de vertederos sigue siendo abundante en España. Los municipios han incluido entre sus prioridades su sustitución por vertederos controlados. En estos vertederos la basura se va depositando en capas y se cubre con un manto de tierra para evitar la proliferación de los malos olores. Los vertederos controlados cuentan con un sistema de drenaje que desvía los lixiviados a una planta depuradora y el metano a una pequeña planta generadora de energía eléctrica.
La incineración puede ser una opción siempre que las plantas incineradoras extremen las precauciones para evitar la difusión de los productos tóxicos resultantes de la combustión.
El futuro de nuestro planeta depende de nuestra capacidad para reciclar la totalidad de los RSU. Tenemos a nuestra disposición puntos limpios y servicios de recogida a domicilio para los residuos tecnológicos, además de un gran número de contenedores selectivos.


5.1 El compostaje de los residuos orgánicos.
Los residuos orgánicos constituyen actualmente menos del 50% de los RSU en España, una cifra que tiende a disminuir debido a los nuevos materiales.
El componente orgánico puede ser compostado. El compostaje es una práctica muy común en el mundo rural antes de que llegaran los modernos fertilizantes. El problema del compostaje es que es imposible garantizar que los residuos orgánicos estén totalmente libres de metales pesados y otras sustancias tóxicas. Es muy fácil que en el proceso de separación se cuelen las pequeñas pilas de botón que son muy contaminantes. Por ello, es fundamental no arrojar ningún tipo de pila o batería descargada a la basura.

5.2 El reciclaje del vidrio.

Las materias primas con las que se fabrica el vidrio son muy abundantes, por lo que no existe riesgo de que se agoten. Sin embargo, es muy importante reciclarlo por dos motivos fundamentales:
- Es un material que tarda miles de años en descomponerse.
- La fabricación de vidrio a partir de materiales reciclados requiere un consumo energético menor, con lo que reduce las emisiones de CO2 y ayuda al ahorro de combustibles fósiles.
El vidrio es reciclable 100%. El proceso se inicia con la recogida selectiva; se lavan los emvases y se desechan las etiquetas y tapones y todo cuanto esté mezclado con el vidrio. Se procede a una separación según el color ya que este indica su composición. Una vez realizada la separación, el vidrio es triturado hasta convertirse en un polvo fino denominado calcín.

5.3 El reciclaje de papel y cartón.
El proceso de reciclaje de papel y cartón es tan sencillo como el del vidrio. Al igual que este, requiere una recogida selectiva, lavado, eliminación de impurezas y separación; después se muele el papel y se mezcla con agua para producir una pulpa que tras su prensado y secado se convierte en el papel reciclado.
El reciclado de papel resulta más problemático que el del vidrio. Hasta ahora ha sido imposible producir un reciclado que produzca papel de la calidad parecida a la de papel fabricado con materias primas originales, ya que es imposible eliminar toda la tinta y que además con cada reciclaje las fibras de celulosa se deterioran.
Las ventajas superan enormemente a los inconvenientes: contamina menos, consume menos energía, requiere una cantidad 10 veces menor de agua y lo más importante, previene la deforestación.


 5.4 El reciclaje de plásticos.

El término plástico hace referencia a todo una gama de polímeros. La dificultad de reciclaje de los plásticos, por tanto, es su separación.

Los polímeros termoplásticos son teóricamente fáciles de reciclar:  basta someterlos a un proceso de triturado cuyo resultado final es la granza , virutas de plástico listas para su fundido y moldeo. Los polímeros termoestables son más problemáticos, ya que requieren un reciclaje a base de disolventes y otros agentes químicos.
En la práctica, separar los plásticos resulta costoso. Una solución es la madera plástica, un material cuyo principal componente es una mezcla de termoplásticos de cualquier tipo a la que se añaden pequeñas cantidades de madera y a veces algo de metal.

5.5 El reciclaje de metales

La minería es una actividad que requiere una elevada inversión en materiales y mano de obra. Las vetas de mineral no suelen ser demasiado grandes, por lo que las minas tienen fecha de caducidad y continuamente hay que buscar nuevas vetas. Otro inconveniente son los riesgos laborales que conlleva su extracción.
Por todos esos motivos, el reciclaje de metales ha interesado siempre. La facilidad con la que se recuperan los metales sin disminución alguna de calidad y precio al que cotizan estos materiales, ha hecho que el negocio de la chatarra genere grandes beneficios.
Las aleaciones ferrosas son las más fáciles de reciclar, basta con un electroimán para separarlos del resto de residuos metálicos, a continuación son fundidos, convertidos en barras o lingotes. Más de la mitad de acero que nos rodea es reciclado.
Otros metales no cuentan con esa ventaja, pero su reciclado es igualmente rentable. Uno de los más atractivos es el cobre.
 El plomo y el estaño son también metales muy fáciles de reciclar. Una vez derretidos se separan con facilidad del resto de impurezas.
El aluminio es más difícil y la calidad del aluminio reciclado depende de su procedencia. A pesar de todo, las ventajas son evidentes: abunda en la corteza terrestre, su producción a partir del mineral de bauxita es bastante contaminante y exige un enorme consumo energético. El aluminio reciclado permite un ahorro del 95% de energía.
El mercurio es altamente contaminante. Debemos sensibilizarnos para reciclarlo prestando gran atención a los termómetros y las pilas de botón.

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